LAS HORAS ROTAS
Cristales que se rompen en trozos esparcidos, conmueven la rutina, sacuden el sopor del sueño emancipado, rubrican los momentos, se yerguen al unísono creyendo que los días son largos, mas no saben que el tiempo corre rápido, furioso y despiadado, que no aguarda, no pausa ni detiene el convoy de las horas y, sin buscarlo, arrastra tras de sí la urgencia, la premura, fragmentos de quietudes en franca parsimonia, en ramas sin hojas en calles sin ruido en almas sin honra.