POSTALES DE LA DUDA
Cuando llega este momento, detengo la marcha y pienso: ¿acaso tiene sentido? No sé por qué dudo, una y otra vez, si ya sé la respuesta y siempre es la misma. Lo tiene porque no puede ser de otro modo. No obstante, la duda asalta y acosa como una mancha viscosa que se adhiere con firmeza a un objeto permeable. ¿Lo soy yo? ¿Soy permeable como ese objeto que no puede evitar que la sustancia pegajosa se adueñe de sí y permanezca, como si siempre hubiera pertenecido a ese sitio ¿Será que soy, como la mancha, tenaz y decidida o todo es una aventura fútil, sin ton ni son, condenada al colapso y a la nada? La mancha se reiría de mi duda, ella sólo se afirma y comienza a parasitar el lugar donde ha caído y no le importaría, si pudiese dirimir esa cuestión, plantearse si puede o no estar allí, si ha recibido una buena acogida o, por el contrario, el objeto por ella tomado, reniega de su persistencia. Fragmento de " Cuentos breves ".